Antigua Plaza Mariscal Józef Piłsudski - Plaza del Mercado

¡Queridos ciudadanos de Wadowice y vecinos que habéis venido hoy a Wadowice! Con gran emoción vengo hoy a esta ciudad donde nací, a la parroquia donde fui bautizado y aceptado en la comunidad de la Iglesia de Cristo, al entorno con el que estuve vinculado durante dieciocho años de mi vida, desde mi nacimiento hasta la graduación. Cuando miro esta plaza, casi cada detalle se relaciona aquí con el recuerdo de los primeros años de mi vida.                                                                                                                                             Juan Pablo II

El corazón de Wadowice era y es la plaza central.  La plaza principal de la ciudad en el período de entreguerras no difería tanto de la que conocemos hoy en día. Hasta el día de hoy, la torre de la iglesia domina la plaza, y los alrededores están ocupados por edificios del siglo XIX. Todos los residentes tenían un motivo para venir aquí, ya que en la plaza central de Wadowice se podía comprar casi todo. A su alrededor, había un paseo y, según las circunstancias, el centro de la plaza cumplía funciones de mercado, lugar de desfiles, estacionamiento de carros o campo de juego.

La plaza fue también el centro de la vida de Karol Wojtyła. Aquí estaba su hogar familiar, la iglesia parroquial y la escuela primaria. Aquí Karol se encontraba con sus compañeros de clase, pasando tiempo juntos en juegos y jugando al fútbol. También asistía a importantes ceremonias estatales o religiosas. El Día de la Independencia (11 de noviembre) o aniversario de la Constitución del 3 de mayo, se celebraba una misa de campaña en la plaza, seguida de un desfile frente al cuartel.

Después de la elección del cardenal Karol Wojtyła como papa, la plaza, entonces conocida como la Plaza del Ejército Rojo, se convirtió en un lugar de encuentro con los habitantes de Wadowice. El primer encuentro tuvo lugar el 7 de junio de 1979, durante la primera peregrinación del Santo Padre a su tierra natal. En ese momento, Juan Pablo II llegó a Wadowice en helicóptero, que aterrizó en el estadio municipal. Después de ser recibido, fue conducido en automóvil por la calle principal de la ciudad hasta la plaza, donde lo esperaba una multitud. El Papa habló desde una tribuna, construida especialmente para la ocasión, de su juventud pasada en la ciudad del río Skawa y de sus compañeros, algunos de los cuales aún vivían en aquel momento. Habló de su gratitud a la comunidad local y a las parroquias desde las que salió al mundo. También agradeció a la multitud su asistencia y pidió que continuaran las oraciones a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

Durante su segundo viaje a Wadowice (14.08.1991), las principales celebraciones tuvieron lugar frente a la iglesia de San Pedro Apóstol, pero los habitantes también vinieron a dar la bienvenida al Papa a la plaza cuando se dirigió a la iglesia parroquial para rezar.

El siguiente encuentro en la plaza tuvo lugar el 16 de junio de 1999 durante la tercera y última visita de Juan Pablo II en Wadowice. Fue su séptima peregrinación a su tierra natal. En ese momento, el Papa conmovió los corazones de los habitantes recordando esos rincones de la ciudad, caminos y calles que aún son cercanos a cada uno de los habitantes de Wadowice. También habló de su gratitud hacia la parroquia local. Agradeció por las oraciones que pidió durante su primera visita como Papa. También se refirió a la pasión teatral que se desarrollaba en Wadowice, citando un fragmento de un drama antiguo representado en el escenario teatral local. Sus recuerdos de las "kremówki" (los pasteles de crema), su postre favorito, después de la graduación le dieron la mayor alegría. Fue entonces cuando pronunció las singulares palabras que: "Aquí, en esta ciudad de Wadowice, empezó todo. Y la vida comenzó, y la escuela comenzó, y los estudios comenzaron, y el teatro comenzó, y el sacerdocio comenzó".

Cada regreso de Juan Pablo II del Vaticano a su ciudad natal fue una gran experiencia tanto para el Papa como para sus compatriotas que le daban la bienvenida. La estancia del Santo Padre en Wadowice fue al mismo tiempo un viaje sentimental a los tiempos de su infancia y juventud, una añoranza de un mundo pasado.

En 1995, en el 75 aniversario del nacimiento de Juan Pablo II, la plaza principal de la ciudad recibió su nombre.