Antigua Lácteos Higiénicos

En esta vivienda solía ver al Sr. Karol Wojtyła, y en la cocina, el padre preparaba el desayuno y la cena, mientras que almorzaban en una cafetería al otro lado de la calle Kościelna. También se encargaba de remendar los calcetines de su hijo y los suyos. A veces lo veía ocupado transformando sus uniformes militares bastante decentes en lo que se llama ropa "para estar en casa" para su hijo.

              Zbigniew Siłkowski - compañero de escuela secundaria

Después de la muerte de Emilia, Karol Wojtyła y su hijo menor vivieron de manera muy modesta. El padre del futuro papa era militar, por lo que en casa se percibía cierto rigor. Cada día estaba bien planificado. Dividían su tiempo durante el día entre estudiar, pasear, comer y rezar. Para el almuerzo, el padre llevaba a Karol a la cercana "Mleczarnia Hygieniczna" ("Lácteos Higiénicos"), un restaurante dirigido por Maria y Alojzy Banaś. Allí disfrutaban de platos tradicionales de Wadowice como "flaczki" (callos), y ambos apreciaban especialmente los "pierogi ruskie" (empanadas). Al parecer, en el local de la "Mleczarnia", ubicado en la planta baja a la derecha, ocurrió un incidente que podría haber cambiado la vida del futuro papa irremediablemente. Un día, Lolek, enviado por su padre a"Mleczarnia" de los Banaś, se encontró con su compañero de escuela y también hijo de los dueños, Jan. Mostró a Karol un arma de oficial que se guardaba en el restaurante como depósito y, como broma, apuntó a su amigo diciendo: "¡Manos arriba o disparo!" Por desgracia, el arma se disparó y la bala pasó rozando la cabeza de Lolek.

La calle Kościelna, donde además de la casa de Bałamuth y la "Mleczarnia Hygieniczna” de los Banaś también se encontraba la iglesia parroquial, a menudo fue testigo de los primeros enfrentamientos de fútbol. Lolek, siendo portero, se lanzaba con entusiasmo por cada pelota. En una ocasión, uno de los jugadores pateó la pelota con tanta fuerza que golpeó la ventana de una iglesia rompiendo el cristal de la misma. El enojado sacerdote salió y regañó a los jóvenes, apasionados jugadores, y así puso fin a los partidos en la calle.

La calle Kościelna también era un lugar de encuentro para los vecinos locales. Emilia Wojtyła venía con sus hijos al jardín que todavía existe al otro lado de la calle (junto al restaurante), donde disfrutaba conversando con las vecinas junto al pozo. En sus recuerdos, quedó como una persona muy querida, alegre y extremadamente devota.  A menudo le pedía a su vecina Helena Szczepańska que cuidara de Loluś, porque ella tenía que preparar la cena o salir a hacer recados. Entonces la Sra. Helena bajaba y cargaba a su hijo: "En ese momento pensaba: ¿en qué se convertirá este bebé? Sus padres lo tratan como si fuera un príncipe".

Tanto en tiempos pasados como en la actualidad, la calle Kościelna es un lugar de encuentro tanto para los residentes como para los turistas que visitan Wadowice. En el edificio de la antigua "Mleczarnia” se encuentra el Museo Municipal y el Centro de Información Turística.